La Primera Epístola de Juan ofrece criterios claros para evaluar la autenticidad de nuestra fe. No se basa en sentimientos momentáneos, sino en evidencias visibles en la vida del creyente. Estas señales nos ayudan a examinarnos a la luz de la verdad bíblica.


1. Un cristiano genuino ha de andar en la luz y apartarse de las tinieblas
«Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.» (1 Juan 1:6-7)
Un cristiano genuino vive en la luz de Dios, evitando las obras de las tinieblas. Esto se refleja en una vida transparente, en comunión con otros creyentes, practicando la enseñanza de Cristo.
2. Un cristiano genuino ha de confesar y abandonar el pecado
«Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.» (1 Juan 1:8-9)
Reconocer el pecado y acudir a Dios para recibir perdón es una señal clara de un corazón regenerado. El creyente no se justifica a sí mismo, sino que confía en la fidelidad y justicia de Dios para limpiarlo.
3. Un cristiano genuino ha de guardar los mandamientos de Dios
«Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.» (1 Juan 2:3-5)
La obediencia a la Palabra no es una carga, sino una evidencia de que conocemos verdaderamente a Dios. Un cristiano genuino procura vivir como Jesús vivió.
4. Un cristiano genuino ha de amar a los hermanos en la fe
«El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.» (1 Juan 2:9-10)
«Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.» (1 Juan 3:14)
El amor fraternal es una marca distintiva del creyente verdadero. Quien ama a sus hermanos permanece en la luz y da testimonio de que ha pasado de muerte a vida.
5. Un cristiano genuino no ha de amar al mundo ni sus deseos
«No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.» (1 Juan 2:15-17)
El cristiano auténtico no se deja dominar por los deseos de la carne, los ojos o la vanagloria de la vida. Su prioridad es hacer la voluntad de Dios, que permanece para siempre.
6. Un cristiano genuino ha de perseverar en la verdad y rechazar el error
«Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.» (1 Juan 2:18)
«Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.» (1 Juan 2:27)
El verdadero creyente discierne entre la verdad y la mentira, permaneciendo fiel a la enseñanza de Cristo. Rechaza a los falsos maestros y se mantiene firme en la doctrina apostólica.
7. Un cristiano genuino ha de practicar la justicia
«Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.» (1 Juan 3:7-8)
La justicia no es solo un concepto, sino una práctica diaria. El que ha nacido de Dios refleja Su carácter, evitando una vida de pecado y mostrando integridad.
8. Un cristiano genuino ha de amar con hechos y en verdad
«En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.» (1 Juan 3:16-18)
El amor cristiano se evidencia con acciones verdaderas de ayuda a los necesitados. Servir y ayudar a los demás con generosidad y sacrificio es reflejo del amor con que Dios nos amó primero.
9. Un cristiano genuino ha de creer que Jesús es el Hijo de Dios
«Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.» (1 Juan 5:1)
«Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?» (1 Juan 5:4-5)
La fe en Jesucristo como el Mesías es el fundamento de la vida cristiana. Muchas herejías en la historia han intentado negar la divinidad o la humanidad de Cristo. Esta confianza trae victoria sobre el mundo y asegura nuestra identidad como hijos de Dios.
10. Un cristiano genuino ha de tener seguridad de la vida eterna
«Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.» (1 Juan 5:11-13)
El cristiano genuino vive con la certeza de que Dios le ha dado vida eterna en Su Hijo. Esta seguridad produce paz, confianza y perseverancia hasta el fin, porque proviene del testimonio del Espíritu Santo.
¿Cómo ha resultado el auto-diagnóstico?
Sea cual sea tu respuesta, en la Iglesia Cristiana Evangélica Buenas Noticias de Almansa, te acompañamos a seguir poniendo a prueba tu fe y vida cristiana. No te rindas, la batalla de la fe se pelea hasta el final.¡Visítanos!