Al igual que los discípulos en Lucas 11:1, muchos cristianos hoy no saben cómo dirigirse a Dios o qué han de decirle. Su vida de oración es muy pobre porque no han comprendido que la oración es conversar con Dios como con cualquier otra persona. Cuando Jesús escuchó esa petición les enseñó lo que conocemos como el Padre Nuestro.
El Padre Nuestro (Mateo 6:9–13) es mucho más que una oración para repetir, incluso Jesús dice, en el versículo 7 «orando, no uséis vanas repeticiones«, lo cual indica que no debería ser una oración que tengamos que pronunciar palabra por palabra.
Todo indica que Jesús lo presentó como un modelo. Por eso, vamos a extraer pautas prácticas para nuestra vida de oración:


Pasos del modelo del Padre Nuestro. Lo puedes usar como guía flexible, no como algo rígido:
1. Orar con reconocimiento y adoración a Dios
“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre”
Un buen comienzo sería reconocer a Dios como Padre. Orar con confianza y cercanía, sabiendo que somos hijos adoptados por Él. Reconocer Su grandeza, santidad y autoridad. No solo pedir, sino también adorar y glorificarle para que nuestra vida refleje Su carácter.
👉 Empieza reconociendo a Dios como tu Padre, adórale por quién es (amoroso, santo, justo, fiel).
2. Orar con sumisión a la voluntad de Dios
“Venga tu Reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo”
Pedir que su gobierno se extienda y que nuestras decisiones se alineen con lo que Él quiere. Aprender a rendir nuestro “yo” para aceptar Sus planes.
👉 Ora para que su Reino avance en tu vida, tu familia, tu comunidad.
👉 Somete tus planes y deseos a Su voluntad.
3. Orar pidiendo provisión diaria
“Danos hoy el pan nuestro de cada día”
Confiar en Dios para lo necesario (físico, emocional, espiritual). Orar día a día, no desde la ansiedad del futuro, sino desde la dependencia presente y sobre todo, hazlo con fe porque así nos insta la Biblia.
👉 Presenta tus necesidades físicas, emocionales, espirituales y también las de otros.
👉 Agradece lo que ya has recibido.
4. Buscar perdón y perdonar a otros en tu tiempo de oración
“Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos”
Reconocer nuestra necesidad diaria de misericordia. Comprometerse a extender perdón a quienes nos han herido.
👉 Pide perdón por tus fallas y errores.
👉 Menciona a quienes necesitas perdonar y entrégalos a Dios.
5. Orar pidiendo dirección y protección espiritual
“No nos dejes caer en tentación, líbranos del mal”
Reconocer nuestra fragilidad frente al pecado. Buscar fortaleza en Dios para resistir tentaciones y ataques del maligno.
👉 Pide ayuda para resistir debilidades y tentaciones.
👉 Ruega por protección contra el mal y por discernimiento en tus decisiones.
6. Rendir toda la gloria a Dios
“Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por los siglos”
Terminar con adoración y confianza en que Él gobierna sobre todo.
👉 Termina agradeciendo, confiando y declarando que toda la gloria le pertenece a Dios.
¿Cómo practicar todo esto?
Puedes dedicar 1–2 minutos a cada paso, o profundizar más según el tiempo que tengas. Lo importante es mantener el equilibrio entre adoración, rendición, petición, confesión y alabanza. Y como dice Juan 14:13-14 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Por tanto, aunque no es una frase mágica, tenemos que dirigirnos a Dios Padre «en el nombre de Jesús» porque Él es el ÚNICO mediador entre Dios y los hombres (1ª Timoteo 2:5)
Aquí tienes un guion de ejemplo que evidentemente no es algo que debas repetir sino que deberías usar con tus propias palabras según tus necesidades. Además, la oración, como conversación que es, suele ser un tiempo importante a lo largo del día, en cualquier lugar (según la Biblia, se debe buscar la soledad en silencio), y no algo de un minuto.
Padre nuestro que estás en los cielos, hoy me acerco a Ti con confianza.
Reconozco tu grandeza y te alabo porque eres santo y digno.
Sea hecha tu voluntad en mi vida, en mi familia y en mi entorno. Renuncio a mi propio control y acepto tus planes.
Te pido provisión para este día: lo necesario en lo material, fortaleza en lo emocional y alimento para mi espíritu.
Perdóname por mis fallas y pecados. Así como Tú me perdonas, yo decido perdonar a quienes me han herido.
Protégeme de la tentación y del mal. Dame sabiduría para tomar decisiones correctas.
Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria por siempre. Gracias Señor, en el nombre de Jesús. Amén.
¿Estás practicando el hábito de la oración?
Sea cual sea tu respuesta, en la Iglesia Cristiana Evangélica Buenas Noticias de Almansa, te animamos, guiamos y ayudamos a estar conectado a Dios por medio del único vehículo para ello: la oración. ¡Visítanos en Calle Miguel Servet 9, Almansa!